Soy freelance desde los 25 años. La idea de tener mi propio despacho en casa nunca me ha disgustado, sino al contrario. Siempre he apreciado la libertad y flexibilidad de trabajar en casa. Además, para ser sincera, me encanta. A lo largo de los años, he sabido identificar el espacio que más me convenía. Un entorno luminoso, con espacio de almacenaje y una mesa grande, para mi ordenador y mis creaciones.