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Hace tanto tiempo que lo esperábamos, ¡y por fin sale el sol! Así que esta mañana, salimos, con el camión cargado, camino de un rinconcito de paraíso que hemos encontrado hace unos meses. La luz es preciosa, el paisaje, maravilloso, habrá que luchar contra las ganas repentinas de pasearse descalzos por la hierba alta.
Una terraza colgante con vistas a los campos de los alrededores, una cristalera donde traspasa la luz y un porche de madera para el decorado … El entorno es idílico.
No hay tiempo para deleitarse con las vistas, el trabajo nos espera y la temperatura no deja de subir. El aspecto taller bajo el porche combina con las colecciones Atelier de ese mismo estilo en la terraza para dar paso a las vistas y los conjuntos de jardín de teca. Todo está en marcha, maestro…
Y ya es hora de despedirnos de esta bonita casa antes de marcharnos. Este lugar tan inspirador vuelve a la calma y al silencio…