Espacio dedicado a la organización de la vida diaria o simplemente rincón agradable y propicio para la creación. El escritorio es un espacio personal que hay que saber compartir cuando los niños salen del colegio para hacer los deberes de matemáticas (y el doloroso recuerdo de las horas pasadas con los números decimales…)
Todos soñamos con un escritorio inspirador y práctico donde cada cosa esté en su lugar: los abalorios del atrapasueños que nunca llegáis a terminar (desde hace 3 años), la agenda de cada uno (semana A, semana B, semana C), las facturas (en un lugar privilegiado: en el fondo del cajón), etc.
En caso de no poder organizar todo, podemos aportarle originalidad. Y, sobre todo, dejarnos llevar para sentirnos bien, incluso cuando todo no está perfecto. Adquirir un escritorio también nos proporciona tiempo para estudiar, crear y experimentar…
El estilo industrial encuentra su función original para crear espacios de trabajo ergonómicos y llenos de personalidad. Un aire de loft neoyorquino que sabe cómo conquistar.
La funcionalidad nórdica se suaviza con el encanto atemporal de las líneas de los años 50. El estilo escandinavo desarrolla todo su potencial para crear un espacio de trabajo de lo más acogedor.
Crear un espacio de trabajo personal suele consistir en el arte de adaptar los estilos y los materiales. Apostamos por la combinación de madera y metal, nos atrevemos con las sillas desparejadas y las papeleras doradas. Combinamos, mezclamos… nos arriesgamos y nos encanta.